Respondería que, en cantidad, hay más vinos de calidad en Francia. De hecho, en viticultura, legislación, organización y tecnología están más avanzados que nosotros.Los estándares de calidad son más altos.

Ya para la Expo de Paris en 1855, Napoleón III pidió una clasificación con los mejores vinos de Burdeos para mostrarlos a los visitantes de todo el mundo. Es así como nació una clasificación que todavía hoy sigue vigente. Así que mientras Burdeos ya estaba organizada, nosotros ofrecíamos un vino de mesa, de batalla sin demasiadas pretensiones. Fue en 1862 cuando Jean Cadiche Pineau fue contratado por la Rioja Alavesa para hacer vino al estilo bordelés. Al proyecto se le llamó Médoc Alavés en homenaje a la región y aunque finalmente desapareció fue asentando las bases para Marqués de Riscal o Murrieta que dio origen al nacimiento de DOCa Rioja en 1925. De aquella época hemos recortado bastante distancia, y es España hay vinos buenísimos, y en relación calidad-precio no nos gana nadie. Pero Francia sigue siendo el productor de mayor número de botellas de calidad.

De hecho, las cifras hablan por sí solas. Italia es el mayor productor de vino con 50 millones de hectolitros, le siguen Francia con 37 y España con 35*. Sin embargo, Francia sigue siendo el mayor exportador de vino del mundo con un 32% del volumen del mercado global.

Lejos de las cifras, una de las diferencias sigue siendo la cultura del vino. Mientras en España seguimos siendo “muy de cañas” y no salimos del Ribera y Rioja y en blanco, del verdejo (que no Rueda), en Francia son “de vinos” y la gente en general tiene una cultura del vino muy desarrollada. El que menos se sabe las sub denominaciones de origen de Burdeos y los “Chateaux” más conocidos. Esto hace que la gente pruebe más, conozca más y sea más exigente (¡aunque los franceses son más exigentes en casi todo!). Por eso, se trabaja más la calidad, no todo vale… Y aunque en España ya no es tan así, queda mucho camino por recorrer.

Personalmente como los blancos franceses de Chablis, Pouilly-fumé, Bourgogne no hay nada igual. Aunque en España podemos competir con variedades de uva menos conocidas como Godello, tanto en Valdeorras como en Monterrei, o con la Garnacha blanca de Empordá o de Navarra.

En tintos, aquí me puede el orgullo patrio. No niego que hay auténticas maravillas en Francia, sobre todo si te vas a los Grands Crus de Bordeaux. Pero hay tempranillos o mencías (poco conocida pero una variedad buenísima) o garnachas del Montsant, Priorat o Madrid con una relación calidad-precio increíble.

Yo la verdad, no sé con cual quedarme… ¿y tú?

*Fuente(s): OIV; FAO; ID 511879